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¨Donde quieras que vayas, no importa, donde vayas cumple siempre con tu deber…y sabe que yo siempre estaré allí, dentro de ti guiándote en cada paso del camino.
En los años por venir me experimentarán en muchas manifestaciones diferentes de mi forma.
Tú eres yo mismo, más que amado para mí.
Te protegeré como los parpados protegen a los ojos. Tú ya me tienes, así como yo te tengo a ti. Nunca te abandonaré y tú nunca podrás abandonarme.
De ahora en adelante, no desees ni anheles nada desempeña tu deber con un amor invariable, viendo a todos como a Dios.
Sé paciente a su debido tiempo, todo te será dado.
Sé Feliz, no hay necesidad de preocuparse por nada sea lo que fuere que se experimente, sea lo que fuera que suceda, sabe que este avatar así lo quiso.
No existe poder en el mundo que pueda demorar ni por un instante la misión para la cual este avatar ha venido.
Todos Ustedes son almas sagradas y tienen asignado el papel que habrán de desempeñar en el drama de La Nueva Edad de Oro que vendrá…¨.



"BHAGAVAN SRI SATHYA SAI BABA" .



viernes, 23 de septiembre de 2011

VALORES ASOCIADOS AL VALOR VERDAD (SEPTIEMBRE)

                                                              

ORGANIZACIÓN SRI SATHYA
SAI BABA ARGENTINA
2011 - AÑO DE LA VERDAD

OM SRI SAI RAM

Si sigues la verdad desde este mismo día, con certeza llegarás a ser un ideal para el país entero. ¿Qué es la verdad? La palabra de Dios es la verdad. Por lo tanto, cuando hables o actúes con el sentimiento Sarva Karma Bhagavad  Preetyartham (efectúa todas las acciones para complacer a Dios), todo lo que digas o hagas se manifestará como verdad. Cada pensamiento y sentimiento que emana de ti es reflejo de tu verdad interior. Lamentablemente se convierte en falsedad por el uso inadecuado de la lengua. La lengua es uno de los cinco sentidos. Los sentidos son causa de cambios en nosotros. Son responsables por el pecado o el mérito que ganamos. Himsa (la violencia) no se limita sólo a dañar o herir a los demás - de hecho, actuar contrariamente a nuestras propias palabras es también Himsa. Recuerda siempre esto: En verdad, no puede haber más grande Ahimsa (No violencia) que usar nuestra lengua de manera sagrada

Mensaje de la Pizarra de Prashanti   Nilayam día 13 de abril



SEPTIEMBRE: MES DE LA TRANSPARENCIA


Concepto

*  La transparencia es la manifestación de la honestidad.
*  Transparente es el que es consecuente con lo que siente, piensa y hace.
*  La transparencia es una virtud que llena de armonía la personalidad.


Valor de la transparencia: La honestidad

Si hacemos un listado de las cualidades que nos gustaría encontrar en otras personas o mejor aún, que nos gustaría poseer, seguramente enunciaremos la honestidad, porque garantiza confianza, seguridad, respaldo, confidencia, en una  palabra integridad.

La honestidad es una forma de vivir congruente entre lo que se piensa y la conducta que se observa hacia el prójimo que, junto a la justicia, exige en dar a cada quien lo que le es debido. Tiene mucho de honradez, rectitud, integridad. Es una virtud que regala seguridad a quienes nos rodean, inspira fortaleza y claridad de ideas. La persona honesta busca y vive una armonía de vida, sin sobresaltos, ni temores.

Podemos ver como actitudes deshonestas la hipocresía, donde se aparenta una personalidad que no se tiene para ganarse la estimación de los demás, el mentir continuamente, el simular trabajar o estudiar para no recibir una llamada de atención de los padres o del jefe inmediato, el no guardar en confidencia algún asunto del que hemos hecho la promesa de no revelarlo, no cumpliendo con la palabra dada, los compromisos hechos; la infidelidad, por último, como término de toda honestidad y quiebre de lo más íntimo de la relación de amor y confianza.

Es una virtud que se vive en la sinceridad, en la fidelidad a las promesas hechas en el matrimonio, en el trabajo y con las amistades. Puede ser fácilmente herida y traicionada si causamos daño al otro con una opinión ácida, un comentario burlesco o una palabra grosera; cuando le atribuimos al otro defectos que no tiene o juzgamos con ligereza su actuar. Somos honestos cuando evitamos provocar discordia y malos entendidos entre conocidos; cuando señalamos el grave error que se comete al hacer calumnias y difamaciones de quienes que no están presentes; cuando devolvemos oportunamente las cosas que no nos pertenecen y restituyendo todo aquello que de manera involuntaria o por descuido hayamos dañado.

Si queremos ser honestos, debemos empezar por enfrentar con valor nuestros defectos y buscar la manera más eficaz de superarlos, con acciones que nos lleven a mejorar todo aquello que afecta a nuestra persona y como consecuencia a nuestros semejantes, rectificando cada vez que nos equivocamos y cumpliendo con nuestro deber en todas las labores que se nos encomiendan, sin hacer distinción alguna.


Concepto de honestidad
La honestidad es una cualidad de calidad humana que consiste en comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad (decir la verdad), de acuerdo con los valores de verdad y justicia. Se trata de vivir de acuerdo a como se piensa y se siente. En su sentido más evidente, la honestidad puede entenderse como el simple respeto a la verdad en relación con el mundo, los hechos y las personas; en otros sentidos, la honestidad también implica la relación entre el sujeto y los demás, y del sujeto consigo mismo.
Dado que las intenciones se relacionan estrechamente con la justicia se relacionan con los conceptos de "honestidad" y "deshonestidad", existe una confusión muy extendida acerca del verdadero sentido del término. Así, no siempre somos conscientes del grado de honestidad o deshonestidad de nuestros actos. El autoengaño que perdamos la perspectiva con respecto a la honestidad de los propios actos, obviando todas aquellas visiones que pudieran alterar nuestra decisión.
En la filosofía occidental, Sócrates fue quien dedicó mayor esfuerzo al análisis del significado de la honestidad. Posteriormente, dicho concepto quedó incluido en la búsqueda de principios éticos generales que justificasen el comportamiento moral.

TALLER LA HONESTIDAD

Armonización

“Si en tu alma florecen la transparencia y  honestidad,
gozarás del fruto de la armonía y  la paz”.

A partir de  esta sentencia, centrar  la armonización en la transparencia y  honestidad y/o en la humildad del reconocimiento de que todavía no somos del todo honestos con nosotros mismos, ni del todo transparentes con ante los demás. Sin honestidad no hay armonización posible.

Cuento

En un verde y silencioso bosque a orillas de un río espumoso y chispeante, vivía un pobre leñador que trabajaba con empeño para mantener a su familia. Todos los días se internaba en el bosque con su fuerte y filosa hacha al hombro. Siempre silbaba felizmente durante la marcha, pues pensaba que mientras tuviera su hacha y su salud podría ganar lo suficiente para comprar todo el pan que necesitara su familia.
Un día estaba cortando un gran roble a orillas del río. Las astillas volaban a cada golpe, y la vibración de hacha resonaba tan claramente en el bosque que se hubiera dicho que había una docena de leñadores trabajando.
Finalmente el leñador decidió descansar un rato. Apoyó el hacha en el árbol y se dispuso a sentarse, pero tropezó con una raíz vieja y nudosa, y el hacha se le resbaló.
Rodó cuesta abajo y cayó al río.
El pobre leñador miró la corriente, tratando de ver el fondo, pero estaba muy profundo.
El río rodaba alegremente sobre el tesoro perdido.
-¿Qué haré? exclamó el leñador-.¡He perdido mi hacha! ¿Ahora cómo alimentaré a mis hijos?
En cuanto dijo estas palabras, surgió del lago una bella dama. Era el hada del río, y subió a la superficie cuando oyó esa triste voz.
-¿Qué te apena? preguntó amablemente. El leñador le contó su problema, y de inmediato ella se sumergió y al rato reapareció con una hacha de plata.
-¿Es ésta el hacha que perdiste? preguntó.
En leñador pensó en todas las cosas valiosas que podría comprar a sus hijos con esa plata. Pero el hacha no era suya, así que meneó la cabeza y respondió:
-Mi hacha era solo de acero.
El hada dejó el hacha de plata en la orilla y se sumergió de nuevo. Al rato emergió y mostró al leñador otra hacha.
-¿Ésta será la tuya? preguntó.
El leñador la miró.
-Oh, no! Ésta es de oro. Vale mucho más que la mía.
El hada dejó el hacha de oro en la orilla. Una vez más se hundió y emergió. Esta vez traía el hacha perdida.
-Ésa es la mía! exclamó el leñador-. Ésa es mi vieja hacha, sin duda!
-Es tuya repuso el hada del río-, y también estas dos. Estos son regalos del río, porque has dicho la verdad.
Y esa noche el leñador regresó a casa con las tres hachas al hombro, silbando felizmente al pensar en todas las cosas buenas que podría comprar para su familia.

Trabajo grupal

1-      Primero  dejar unos minutos para que cada uno reflexione sobre su propia vida a la luz de la historia anterior, Que recuerde alguna situación en que logró como el protagonista  pasar de una actitud  “no honesta” a 
     una “recta actitud”.

2-      Compartir cómo logró  superarlo y cómo se sintió.


Frases y pensamientos
*  Siempre dí lo que sientes y haz lo que piensas.   (Favaloro) 
*  A quien procede con honradez, nada debe alterarle. (C. de la Barca)
Canción
Es mejor ser honesto y decir la verdad
Voy a seguir mi corazón y permanecer fiel a mí mismo.
Si hago algo mal lo voy a admitir de inmediato.
No tengo ninguna vergüenza en las palabras que digo
Porque digo la verdad yo hablo con honestidad
Mis amigos todos de acuerdo en que compartimos la misma calidad

Te diré la verdad siempre se puede confiar en mí
Usted puede confiar en mí para demostrar la integridad
Cierto, cierto, la verdad verdadera,
La honestidad es lo que necesito, es lo que necesito
La verdad se me puso en libertad
Que la verdad sea dicha que es lo que voy
Levantaré mi mano derecha te lo nota en voz alta
Usted no me coge en una mentira no voy a engañar
Quiero creer que cada aliento que respiro
Me mantengo alejado de chismes, no creo los rumores
La sinceridad y la verdad es mucho más fresco
Yo no tengo que ocultar no tengo que temer
La verdad vencerá todo lo que puso en mi camino
Cierto, cierto, la verdad verdadera,
Voy a decir la verdad con honestidad
Puedes confiar en mí, creo que cuando digo
La honestidad es lo que necesito, es lo que necesito
La verdad se me puso en libertad
Qué, qué espera un minuto decir la verdad (quiero oírte decir)
Ohhhh, Ohhhh decir la verdad (quiero oírte decir)
Verdad, la Verdad, la Verdad, la Verdad decir la verdad (quiero oírte decir)
Muy bien todo el mundo vamos a poner las manos juntas
Una verdad. Here we go Aquí vamos


Círculo De  Estudios (Textos de la literatura Sai)
Mensajes de Sai para ti y para mi
Lucas Rali.  pág. 170

“La honestidad resulta del corazón puro y de pensamientos puros. También está relacionada con la ausencia de deseo porque en esa situación no es necesario deformar la verdad para lograr u obtener algo.
 La verdad y la honestidad constituyen una forma de vida, el único camino. Significa mucho más de lo que las palabras implican, porque  también significa ser sincero consigo mismo. La pureza de corazón es visible cuando el Amor de Dios se refleja de nodo tan claro e intenso que irradia  aún en las más adversas condiciones y circunstancias….
Honestidad, verdad y pureza, constituyen todas uno, y los conducirán a la divinidad, el verdadero estado del hombre en el nivel  más elevado”.

El Desafío Dhármico
Judith Warner, Pág. 119

“No se trata de que la gente sea deshonesta  y no se trata, simplemente de que la gente no sea espiritual. La gente es íntimamente honesta y básicamente espiritual. Una gran parte del problema radica en que no  reflexionan acerca del tema de  la honestidad y que han perdido contacto con su espíritu innato y su verdad congénita. Sólo que nunca piensan al respecto y viven en una sociedad que tampoco reflexiona mucho sobre ello y trabajan en sistemas humanos que  no ayudan para llevar una vida más pura. Son miembros de empresas u organizaciones que pasiva o activamente contaminan a la gente. Las personas aceptan verdades a medias como parte del  juego y de ese modo las contaminan. Y ahora por supuesto sienten una leve inquietud acerca del significado de la vida. Una parte del remedio a esta situación es  reflexionar  sobre ello. .. El pensar es un acto definitorio, es volverse  hacia la dirección correcta… Cuando pensamos  continuamente en nuestra propia purificación nos hacemos más puros. Atraer la pureza claramente a nuestra conciencia la convierte en parte más fuerte de nosotros. En vez de continuar soportando nuestra deshonestidad,  nos transformamos en beneficiarios de nuestra pureza y lo que es  más podemos hacer que suceda en forma automática. Concentrarnos firmemente en nuestra pureza innata, cada vez que sintamos que estamos siendo corrompidos, se convierte en un hábito, representa una forma de reprogramación mental. Después de un tiempo  la honestidad automáticamente se dispara ante la intrusión de lo opuesto. Es justamente lo contrario de la deshonestidad  desconsiderada.”

Área Nacional de Educación
OSSSBA

martes, 20 de septiembre de 2011

VALORES ASOCIADOS AL VALOR VERDAD (AGOSTO)

ORGANIZACIÓN SRI SATHYA SAI BABA ARGENTINA
2011 - AÑO DE LA VERDAD


AGOSTO: MES  DE  LA BUSQUEDA


Buscad y encontraréis,
LLamad y se os abrirá,
Pedid y recibiréis.
                                                     Evangelio de Jesús
Dentro de ustedes hay la verdadera felicidad. Dentro de ustedes hay un océano poderoso del néctar divino. ¡Búsquenlo dentro de ustedes!”

Del libro Sai Baba Gita


Somos buscadores  de la verdad
Discurso de LEONARDO GUTTER.- Encuentro Público en el Teatro Gran Rex
Buenos Aires, 08 de mayo de 2004

Quiero compartir con ustedes una posible explicación de por qué están hoy aquí en este salón. Una obvia respuesta sería que vinieron aquí por invitación de algún amigo, por haber leído un anuncio, por haberse enterado de este encuentro, y porque estaban interesados en conocer lo que se iba a presentar aquí.
La respuesta verdadera sin embargo es otra, porque en el camino de la evolución, a todos los seres tarde o temprano, en una vida o en otra, les llega un momento en que sienten una profunda insatisfacción con las respuestas que nos dan los sentidos, con las respuestas que nos da el mundo exterior.
En ese momento, en esa desazón Divina, el ser humano da un salto cualitativo en su evolución, comienza una búsqueda, la búsqueda interior, se transforma en un buscador espiritual.
En alguna otra vida, después de mucho tiempo, avanza en esta búsqueda y se da cuenta que necesita una guía, que necesita un camino que le explique cómo salir de este laberinto, y, está dicho en el testamento: “el que golpea la puerta, la puerta se abre” y la guía aparece.
Aparece en un libro, aparece en un mensaje, aparece en una foto, aparece en una experiencia, aparece un maestro en la vida de esa persona.
Esa persona trata de comprender, de profundizar las enseñanzas que acaba de recibir, y en ese momento está en otro momento cualitativo en su evolución y podemos llamarlo un aspirante espiritual.
Pasa el tiempo, pasan las vidas, se da cuenta que no basta con conocer de memoria los libros que lee, repetir las palabras del maestro de la religión que profesa, sino que es importante poner en práctica esos mensajes en su vida, aplicarlos, se da cuenta que lo importante no es amar a Dios, o decir que uno ama a Dios, sino que lo importante es merecer el amor de Dios.
En ese momento esa persona se transforma en un verdadero Devoto de Dios, sin importar el nombre o la forma que le de.
Todos ustedes, todos nosotros estamos hoy aquí en este salón porque estamos en algún momento de esta evolución, en algún lugar. Todos nosotros estamos hoy aquí porque estamos firmemente en ese camino espiritual.



Cuento
El buscador de la Verdad.
Cuentan que un buscador de la Verdad salió en cierta ocasión a los caminos del mundo. Y allí, en el gran cruce del mundo, interrogó a sus hermanos: —Decidme, ¿cuál es la verdad? —Busca la filosofía —respondieron los filósofos.
—No —argumentaron los políticos—. La verdad está en el servicio.
—Entra a las catedrales —le aseguraron los clérigos.
—Sin duda, la verdad es la sabiduría —declararon los sabios.
—-Renuncia a todo —esgrimieron los ascetas.
—Contempla y ensalza las maravillas del Señor —le anunciaron los místicos.
—Acata y cumple las leyes —señalaron los gobernantes.
—Conócete a ti mismo —cantaron los guardianes del esoterismo.
—La verdad está en los números sagrados —dedujeron los cabalistas.
—Vive los placeres —aconsejaron los epicúreos.
—Únete a nosotros —le gritaron los revolucionarios.
—La verdad es un mito —respondieron los escépticos.
—Vive y deja vivir —clamaron los existencialistas.
—El pasado es la única verdad —lamentaron los nostálgicos.
Confundido aquel humano se dejó caer sobre el polvo del camino, mientras aquella multitud se alejaba cantando y reivindicando "su" verdad. En eso acertó a pasar junto al hombre un venerable anciano que portaba un refulgente diamante.
— ¿Quién eres?, preguntó el derrotado Buscador de la Verdad.
Y el anciano, mostrándole el diamante, contestó:
—SOY EL GUARDIÁN DE LA VERDAD.
— ¿La Verdad? ¿Es que existe?
El anciano sonrió y aproximando la gema al rostro del humano, replicó:
—La VERDAD, como este tesoro, tiene mil caras. A cada uno corresponde averiguar cuál le toca. Autor Desconocido
Frases sobre la búsqueda.
“La verdad sólo podemos encontrarla si la buscamos en nosotros mismos, nunca a base de argumentos y discusiones.
Si alguien lee “Dios” en vez de “verdad”, es lo mismo. Pues la verdad es Dios”.
“Para encontrar un diamante hay que trabajar muy duramente y remover cientos de toneladas de tierra y piedras.
Preguntas para la reflexión
¿Empleamos nosotros al menos una mínima parte de ese trabajo en eliminar la escoria de la falsedad y en buscar el diamante de la verdad?”
¿Cómo puede conocer la verdad alguien en cuya alma bullen constantemente las pasiones? El bullir de las pasiones en el alma es como una tempestad en el océano. En la tempestad del océano, el timonel se salva si sujeta con fuerza el timón, y en la tempestad del alma sólo sale victorioso el que se apoya en el rama-nana invocación del nombre de Dios.
¿Aceptas que puedes estar equivocado? A un visitante que a sí mismo se definía como buscador de la verdad le dijo el Maestro:
- Si lo que buscas es la Verdad, hay algo que es preciso que tengas presente por encima de todo.
- Ya lo sé, una irresistible pasión por ella … -dijo el visitante-
- No, una incesante disposición a reconocer que puedes estar equivocado
   le respondió el maestro.
En busca del valor humano
Por Jumsai
Poder acordar una definición de humanidad ha sido una de las más difíciles tareas enfrentadas por el hombre Siempre han existido cambios diacrónicos (que ocurren a lo largo del tiempo), y cambios sincrónicos (distinciones que ocurren en el mismo período de tiempo), ambos fluyendo en el río de la diversidad. La reflexión nos ayuda a entender qué significa lo humano.
Los indios norteamericanos pieles rojas narran a los niños que Dios creó a la humanidad con arcilla; formó varios hombres y mujeres y los metió al horno. Pronto, impaciente por ver los resultados, sacó a una mujer y a un hombre del horno pero ¡fue demasiado rápido! y éstos salieron demasiado pálidos y amarillentos. Con todo, decidió darles vida y así se originaron las personas de piel blanca y amarilla.
Después de un tiempo, el Creador sacó a otra pareja del horno. En ese punto, las figuras de arcilla estaban perfectamente cocinadas y mostraban un color rojizo como el de la arcilla bien cocinada. De esta pareja se originaron los indios pieles rojas. Su hermosura y majestuosidad era tanta que el Creador se arrobó mirándolos largo tiempo y se olvidó de la otra pareja que aún permanecía en el horno. De pronto se acordó de ellos pero… ¡era demasiado tarde y se habían quemado!, así que salieron de color negro. El Creador decidió sin embargo darles vida y, a partir de esta pareja, se originaron los hombres de piel oscura y negra.
A lo largo de los siglos, la humanidad toda ha desarrollado y acumulado nuevos conocimientos y talentos que han afectado profundamente a los hombres y mujeres contemporáneos e incluso a los de tiempos venideros. Aún así es muy común que cada cultura y sociedad se defina a sí misma como la única poseedora de la verdad, la belleza y la bondad, y que su gente crea que posee autoridad para juzgar a otros desde su propia óptica, como lo hicieron los pieles rojas norteamericanos, y como hace la mayoría de la gente todo el tiempo , sin darse cuenta.
Para los filósofos griegos del periodo clásico ser humano significaba algo totalmente diferente de lo que significaba para los indios norteamericanos, y aun de lo que representa para el hombre moderno. A lo largo de la historia de la humanidad, el significado de lo humano ha variado enormemente.
Tal diversidad, sin embargo, ha disminuido considerablemente en el último siglo. La cultura humana se ha globalizado; los hombres de toda la superficie de la tierra tienden hoy en día a observarse e interpretarse a sí mismos de una manera similar.
A partir de la era moderna, un nuevo mundo se ha expandido por el globo, particularmente en Occidente. Por primera vez en la historia de la humanidad hay una tendencia a unificar el concepto de “ humanidad” bajo una definición común en casi todas las áreas del conocimiento como las leyes, la economía, la sociología, la educación, etc. ¿Podemos decir que nos hemos tomado fuertemente de la mano para definir nuestro valor, por el hecho de lograr un amplio consenso en torno al concepto de “ humano”? ¿Podría alguna de las definiciones actuales de humanidad coincidir con alguna de las que se hayan hecho en el pasado –y que conservamos a manera de tesoro-, que pasen las cuatro pruebas mencionadas anteriormente? Recorramos el camino que recorrió el género humano de la época moderna (especialmente como se estudia en la educación formal) y determinemos si la definición de valor humano se puede encontrar ahí. ¿Cuál sería la definición de “ ser humano” en la actualidad? Por lo general se dice que lo que nos hace humanos es poder razonar y hablar. Puede ser el valor humano que estamos buscando... pero ¿acaso nuestro pensamiento y nuestra forma de hablar lo abarcan todo? ¿Son éstos atributos inmutables, indispensables y exclusivos? ¿Podemos aseverar que razonar y hablar un idioma altamente sofisticado son facultades humanas por excelencia y que únicamente los seres humanos las poseen? En realidad no representan el valor humano, y lo mismo puede afirmarse de otros atributos como las acciones, las emociones y el razonamiento humanos. Páselos por el filtro de las cuatro pruebas. ¿ Pasarían dichas facultades las cuatro pruebas? Sólo a guisa de ejemplo diremos que ninguna de ellas pasa la prueba de lo inmutable. De hecho, es preciso que ellas cambien para que podamos crecer y desarrollarnos. Así pues, más que inmutables tienen que ser cambiables para poder desarrollarnos como humanos. Sin embargo hay una cualidad profunda que nos caracteriza como humanos y que, así como todo en este mundo adolece de un valor propio, ella nos confiere un valor exclusivo, un valor que nos hace ser lo que somos.
Para el sujeto medio de nuestro tiempo, verdad es aquello que se puede percibir con los sentidos y comprobar científicamente.
En un mundo donde las percepciones son diferentes y las verdades científicas cambian tan rápidamente a favor de nuevas “verdades”, una discusión sobre valores absolutos simplemente no ha tenido cabida en la educación. Tampoco la ha tenido en los países democráticos, donde los derechos individuales son protegidos como la vida misma y el valor de la democracia constituye el fuerte de la ideología nacional. Los valores absolutos son un tema que ni la persona más audaz se atrevería a mencionar en las instituciones educativas.
En un contexto tal, que promueve valores relativos como la información y la competencia, la moral individual y la colectiva ciertamente resultan cosas positivas. El peligro radica en que nos quedemos en ese reino de “bondad” y lo refrendemos bajo cualquier perspectiva sobre el tema, que suene profunda. Ciertamente no es lo mejor. La búsqueda debe continuar. La educación en valores humanos de Sri Sathya Sai Baba no representa únicamente el oxígeno del globo terráqueo, sino asimismo el cielo que envuelve a todos .
El valor humano es un valor absoluto y, como tal, tiene que atravesar los cuatro umbrales característicos de lo absoluto. De nuevo, ¿cuál es el valor humano absoluto, presente en todos y manifestado desde lo profundo del ser, que se encuentra allende los atributos y propiedades físicas? ¿Qué es lo que nos hace ser humanos? ¿Cuál es nuestra característica esencial, nuestra naturaleza, lo que constituye nuestra humanidad?
La sal no pretende quemar. Es sal en tanto que es salada. Al serlo manifiesta su propio valor. De manera similar, somos humanos en tanto que manifestamos amor. Este es nuestro valor esencial. Si el amor es nuestro valor y sin él no somos realmente humanos, ¿por qué entonces necesitamos un programa que nos enseñe valores humanos? ¿Cómo es posible que tengamos que aprender algo que somos? La caña de azúcar no necesita aprender a ser dulce y el mono no tiene la necesidad de aprender a ser mono. Lo son simplemente. Mas no es el caso de los seres humanos.
Una dama buscaba una tarde una aguja bajo un farol de la calle. Unos jóvenes que pasaban por ahí repararon en su búsqueda y le ofrecieron ayuda. Tras un rato de intentos fallidos, uno de los chicos le pidió a la dama que ésta le indicara el lugar exacto donde había perdido la aguja. “La perdí en mi cuarto pero como estaba demasiado oscuro, salí a buscarla aquí donde hay luz”, respondió.
De igual forma, el hombre perdió su dicha, que es su propia naturaleza, por lo que continúa buscándola en su vida. La tragedia es que la busca afuera de sí, bajo el farol de la calle del mundo material en lugar de buscarla dentro de sí, donde la dicha siempre ha estado y siempre estará. Hasta que el hombre busque en el lugar correcto, no quedará satisfecho. Y ese lugar es el del valor humano. Mientras los seres humanos no hagan uso de sus facultades con amor, la humanidad carecerá de humanidad y el propósito de la vida permanecerá sin cumplirse.Principio del formularioFinal del formulario

sábado, 17 de septiembre de 2011

VALORES ASOCIADOS AL VALOR VERDAD (JULIO)

ORGANIZACIÓN SIRI SATHYA SAI BABA ARGENTINA
2011 -  AÑO DE LA VERDAD

“No busques la verdad fuera de ti. La verdad eres tú


JULIO –  VALOR ASOCIADO LA SINCERIDAD


Él está  para ser adorado como Sai Baba ...
Él puede
ser satisfecho sólo con genuina y consistente sinceridad.
Kasturi
Diccionario:
Sincer-tas –tis (del latín) = Sencillez, veracidad, modo de expresarse libre de fingimiento.
Concepto de sinceridad como valor humano.
La sinceridad, como valor/actuación, es una cualidad que pone en ejecución la verdad como el acto de decir, pensar, opinar, ser, de forma que otros no se confundan con lo que somos; más claramente, que las personas sepan que la verdad es un práctica en nosotros. Por ejemplo: si alguien nos pide una opinión cualquiera, debiera ser nuestro deber decir lo que pensamos, estemos o no de acuerdo. Algunos preguntan a otros: ¿Cómo soy?, y a veces no se retroalimenta con respuestas claras por temor a herir, cuando el buen tacto podría ayudar en el crecimiento de dichas personas.
El eje fundamental de la sinceridad es querer decir siempre la verdad, ser auténtico, ser fiel al propio pensamiento orientado hacia la verdad de todas las cosas; verdad honesta e íntegra.
La sinceridad no se va a los extremos de hacer sentir mal a nadie, sino que ofrece claridad en los procesos y asuntos de vida que implican decisiones, y que pueden afectar a otras personas; es allí donde la sinceridad da paso a la integridad para cuidar a los actores de una situación, cualquier que ella sea.
 En este caso no es que la sinceridad genere los otros valores, que son de una mayor profundidad, sino que se implican y producen mutuamente. Los unos conducen a los otros.
- Una persona inclinada a la veracidad (verdad) será sincera en lo que hace y como se comporta con otros.
- Una persona íntegra cuida su manera de ser, sentir y actuar, lo cual le hace sincera para con los demás.
- Una persona honesta evitará engañar a otros, siendo sincera con ellos cuanto pueda.
- Una persona auténtica y  transparente procurará ser lo más sencilla y genuina con su entorno y sus semejantes, de modo que la sinceridad será
TALLER VIVENCIAL    “La Sinceridad”
1. Armonización
Dirigir la armonización desde la respiración y la relajación corporal y mental, hasta el reconocimiento consciente de lo que sinceramente somos en lo  más profundo (SO HAM), y guiándola a la purificación con la LUZ,  de nuestras pequeñas insinceridades.
2. Ejercicio Motivador
Invitar a los participantes  a  hacer una autoindagación sobre  el modo como viven y son el valor sinceridad en la práctica:
  • Recuerda  una ocasión en que has sentido la desilusión de descubrir la verdad de un engaño o mentira. ¿Qué sentiste? ¿Qué pensaste del otro?
  • Recuerda una ocasión en que tú fuiste el  protagonista de un engaño o mentira. ¿Qué pasó? ¿Cómo te sentiste?
  • Reflexiona sobre las consecuencias de la mentira y el engaño en las relaciones entre los seres humanos. ¿Cómo afectan las relaciones humanas?
  • Revisa si tienes el hábito de usar las mal llamadas mentiras piadosas en circunstancias que consideras poco importantes. ¿Por qué y para qué lo haces? ¿A qué conducen?_Compartir libremente.
3. Cuento Sinceridad
Hubo una vez un emperador que convocó a todos los solteros del reino pues era tiempo de buscar pareja a su hija. Todos los jóvenes se presentaron ante el rey, el cual les dijo: “Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de vosotros, al cabo de 6 meses deberán traerme en una maceta la planta que haya crecido, y la planta más bella ganará la mano de mi hija, y por ende el reino”. Así se hizo.
Todos los jóvenes del reino estaban ocupados en cultivar sus plantas, pero había un joven que plantó su semilla y no germinaba. Todos los demás jóvenes del reino no paraban de hablar y mostrar las hermosas plantas y flores que habían sembrado en sus macetas. El tiempo pasó y como no hay plazo que no se cumpla, llegó el día de presentarse al castillo; todos los jóvenes desfilaban hacia el castillo con hermosísimas y exóticas plantas.
El joven de nuestra historia estaba demasiado triste pues su semilla nunca germinó, no tenía humo de siquiera presentarse en palacio, pero su madre le insistió en que debía ir pues era un participante y debía estar allí, debía terminar lo que había empezado, aunque no hubiera sido un éxito.
Con la cabeza baja y muy avergonzado, el joven se presenta en palacio y se pone al final de todos los contendientes, tratando de esconder la vergüenza de su maceta vacía. Todos los jóvenes hablaban de sus plantas, y al ver a nuestro amigo soltaron en risa y burla. En ese momento el alboroto fue interrumpido por el ingreso del rey, todos hicieron su respectiva reverencia mientras el rey se paseaba entre todas las macetas admirando las plantas.
Finalizada la inspección hizo llamar a su hija, y llamó de entre todos al joven que llevó su maceta vacía; atónitos, todos deseaban una explicación de aquella extraña acción. Al notar el alboroto, el rey dijo: “Este es el nuevo heredero del trono y se casará con mi hija, pues a todos ustedes se les dio una semilla infértil, y todos trataron de engañarme plantando otras plantas, pero este joven tuvo el valor de presentarse y mostrar su maceta vacía, siendo sincero, real y valiente cualidades que un futuro rey debe tener y que mi hija merece”.
4. Trabajo grupal
Se forman cuatro grupos entre los participantes y a cada uno se le da una consigna diferente para trabajar el mensaje del cuento:
Grupo 1:  Aplicar el cuento a la vida familiar
Grupo 2:  Aplicarlo a la vida social
Grupo 3: Aplicarlo a la vida en la Organización
Grupo 4: Aplicarlo a la vida espiritual.
Los grupos lo trabajan y preparan una presentación con un breve skech cada uno, en el que se resalte la vivencia del valor sinceridad.
__Presentación al grupo general.
5.- Frases  sobre la sinceridad:
"La sinceridad no obliga a decirlo todo, sino a que  lo que se diga sea lo que se piense." Angel  Ganivet    
"La sinceridad es la raíz de todas las virtudes." Fenelon.
  • Ser sincero no es decir todo lo que se piensa, sino no decir nunca lo contrario de lo que se piensa. Napoleón
  • Sólo en un mundo de hombres sinceros es posible la unión y la armonía. Paul Renan

Se da una de las frases a cada grupo y se les pide que le pongan música
y la comenten al grupo. Pueden modificar el texto pero deben mantener el mensaje.

6.- Canto grupal

Cada grupo canta su frase y todos la repiten.

7.- Conclusiones

 Para finalizar el taller  se pide a cada uno que después de reflexionar un momento, comparta qué es lo que cree que debe modificar en su  vida para ser más sincero cada día.
MATERIALES PARA EL CÍRCULO DE ESTUDIO
Como los demás valores, la sinceridad, no es algo que debemos esperar de los demás, es un valor que debemos vivir para tener amigos, para ser dignos de confianza....
La sinceridad es un valor que caracteriza a las personas por su actitud congruente, que mantienen en todo momento, basada en la veracidad de sus palabras y acciones.
Para ser sinceros necesitamos decir siempre la verdad...  Una pequeña mentira, llevará a otra más grande y así sucesivamente, hasta  quedar  atrapados en la red de nuestro propio engaño.
Con aire de ser francos y   sinceros, cuando nos dejamos llevar del enojo o la envidia, con facilidad señalamos los errores que comenten los demás. Esto no es sinceridad, esto es enojo o envidia.
No sólo debemos decir la verdad para ser sinceros, sino también actuar conforme a la verdad. Ello resulta un requisito indispensable para la sinceridad.
Para ser sinceros, debemos ser responsables en lo que decimos, evitando dar rienda suelta a la imaginación o haciendo suposiciones. Podemos faltar a la sinceridad por descuido, utilizando las típicas frases "creo que quiso decir esto...", "me pareció que con su actitud lo que realmente pensaba era que ..." ; tal vez y con buena intención, opinamos sobre una persona o un acontecimiento sin conocer los hechos.
Para ser sincero también se requiere "tacto", esto no significa encubrir la verdad o ser vagos al decir las cosas. Cuando debemos decirle a una persona algo que particularmente puede incomodarla, debemos ser conscientes que el propósito de nuestro comentario es "ayudar", no hacerlo por disgusto o porque "nos cae mal"; además debemos buscar el momento y lugar adecuados para decírselo, esto último garantiza que la persona nos escuchará y descubrirá nuestra buena intención de ayudarle a mejorar.
La Sinceridad requiere valor, nunca se justificará el dejar de decir las cosas para no perder una amistad o el buen concepto que se tiene de nuestra persona. Si por ejemplo, es evidente que un amigo trata mal a su esposa o a sus empleados, tenemos la obligación de decírselo, señalando las faltas en las que incurre y el daño que provoca, no solamente a las personas, sino a la buena convivencia que debe haber.
Actuar de forma sincera implica decir la verdad siempre, en todo momento, aunque le cueste, sin temor al qué dirán. .
Si somos sinceros aseguramos nuestras amistades, demostramos ser honestos con los demás y con nosotros mismos, convirtiéndonos en personas dignas de confianza por la veracidad que hay en nuestra conducta y nuestras palabras. A medida que pasa el tiempo, esta norma se debe convertir en una forma de vida, una manera de ser confiables en todo lugar
Sinceridad y veracidad
Ser veraces es ser sinceros al hablar
La sinceridad es la expresión externa de lo que interiormente uno piensa o siente; la ausencia de simulación, de hipocresía. Y la veracidad es la voluntad de adecuar nuestra expresión verbal a nuestro pensamiento; la ausencia de mentira.
Por lo tanto, ambas ideas se complementan: podríamos decir que la veracidad es la sinceridad en la palabra.
A los humanos nos es fácil caer en la mentira, en la simulación, en la apariencia, en la falsedad; y ya reconocía la sabiduría antigua que "todo hombre es mentiroso". Sin embargo, aunque mentir es fácil, ser mentiroso es difícil: "antes se pilla a un mentiroso que a un cojo", dice el refrán popular.
Además, el deseo de ser sinceros no hace que estemos libres de errores. Nos equivocamos muchas veces, a pesar de nuestra buena voluntad. Tagore afirmaba: "Si cierras la puerta a todos los errores, dejarás la verdad fuera."
Debemos enseñar a nuestros hijos a ser sinceros, veraces, auténticos, a pesar de las dificultades que esto conlleva.
Decir la verdad y vivir en sociedad
La sinceridad o veracidad es un valor social porque hace posible la convivencia; es más, la convivencia se asienta en la presunción de la veracidad. Si no creyéramos en la sinceridad de las personas, no sería posible la convivencia. Aunque sepamos que nos pueden engañar, la vida social sólo es posible si suponemos que nos dicen la verdad.
Por eso, mientras no se demuestre lo contrario, debemos suponer que:
• El indicador de la carretera nos señala la dirección real.
• El precio de los juguetes del escaparate es el correcto.
• El autobús nos llevará donde indica su rótulo.
• La información que profesores y adultos dan a nuestros hijos es veraz.
No suponer todas estas cosas sería vivir en un mundo donde cualquier tipo de relación social quedaría paralizada, ya que no valdría la pena decir ni escuchar nada.
No podríamos vivir en la ciudad de las mentiras.
Cuando pedimos información a alguien, o leemos el periódico, o vemos las noticias por televisión, debemos poner en funcionamiento nuestro sentido crítico más elemental para evitar ser engañados.
De todas maneras, aunque sabemos que siempre es posible que nos engañen, también sabemos que no es probable que nos mientan; del mismo modo que nuestra casa se puede hundir, pero no es probable que ocurra y, por eso, seguimos viviendo en ella. Gracias a esta distinción tan importante, la sociedad sigue existiendo.

viernes, 9 de septiembre de 2011

VALORES ASOCIADOS AL VALOR VERDAD (JUNIO)

ORGANIZACIÓN SRI SATHYA SAI BABA ARGENTINA
2011 - AÑO DE LA VERDAD

“No busques la verdad fuera de ti. La Verdad eres tu”

MES DE JUNIO
VALOR ASOCIADO: LA COHERENCIA

“Sin coherencia no hay valores”




Sai Baba nos enseña el trascendente tema de practicar la COHERENCIA en el pensamiento, la palabra y nuestros actos, como una decidida disciplina hacia la visión y el reconocimiento de la unidad que somos.
“El peor de los Karmas (acción) es hacer lo contrario de lo que predican: negar con la mano lo que la boca difunde. Si no pueden actuar de acuerdo a sus declaraciones quédense callados,  no vayan por ahí proclamando y publicando que son hipócritas.  No prediquen Dharma, (rectitud) mientras lo denigran con sus acciones. El Dharma es firme, inalterable, nunca podrá decaer. Lo que sucede es que aquellos que deberían practicar el Dharma, declinan en su fe y constancia. A un hombre se lo juzga por la práctica, no por los preceptos que declama. La coordinación en  pensamientos, palabras y acciones es el primer paso en el camino espiritual. La falta de correlación entre ideas, expresiones y acciones lleva al autoengaño, la hipocresía y el fracaso espiritual.”
Sri  Sathya Sai Baba
"Si cada persona observa tres cualidades, podrá ser uno con Swami. Experimentarán la Divinidad en ustedes. Como estas tres están en mí, puedo declarar firmemente acerca de ellas. Las tres cualidades comienzan con la letra P, ellas son: Pureza, Paciencia y Perseverancia. Estas tres están en Mí y alrededor de Mí. Cualquiera que posea estas tres cualidades estará libre de temor dondequiera que esté."
"La cualidad más importante es la Pureza. Hoy en día todo está contaminado: el agua y el aire, los cinco elementos en su totalidad están contaminados; como resultado, la mente del hombre también está contaminada. ¿Cómo se puede alcanzar la pureza? Llenen sus mentes con pensamientos de Dios, dediquen todas sus acciones a Dios y considérenlo como el motivador interno.
Sai Baba nos indica con claridad que para poder lograr unidad en el pensamiento, palabra y acción, cada una de estas partes debe estar ubicada en un determinado nivel.
Por ejemplo, si mediante las cualidades de las tres P (pureza, paciencia y perseverancia) logramos instalar nuestro pensamiento en la Pureza, emitir palabras desde la Paciencia y actuar con absoluta Perseverancia, habremos de lograr una triple unidad que marcará el definitivo camino hacia el reconocimiento de la Divinidad que hay en cada una de las partes de la Creación, incluyendo a cada uno de nosotros.
En la práctica, este reconocimiento produce el estado de bienaventuranza; que en realidad lo buscamos en lugares equivocados, sin ver que está en nosotros. Cuando reconocemos la bienaventuranza se produce un verdadero redescubrimiento de otro nivel de realidad, pero ilimitado y permanente.
Sathya Sai Baba nos indica un camino directo para lograr las tres cualidades a que hace referencia. Si nos esforzamos para instalar entre nuestros pensamientos aquellos que son sagrados, si sólo emitimos palabras relacionadas con éstos para que se transformen en significativas y todo ello lo concretamos en acciones nobles, el temor, el dolor y el sufrimiento prácticamente abandonarán este complejo cuerpo-mente-espíritu que somos cada uno de nosotros.
Baba también nos guía para que no quede sólo en una enunciación de palabras o pensamientos, sino que podamos llevarlo a la práctica en las acciones cotidianas.
La clave que nos da es que ofrezcamos todos nuestros pensamientos a Dios, que en cada cosa de la que hablemos observemos a Dios, y que cada acción que tomemos la realicemos con la actitud de servicio desinteresado hacia los demás.
Sri Sathya Sai Baba


MATERIALES PARA  EL TALLER VIVENCIAL


1. Obra de teatro sobre la coherencia
      Autor:  El joven Sathya, en la escuela.

En cierta ocasión, en la escuela, el maestro pidió a  Sathya  que escribiera y montara una obra de teatro en telugú. El tema que eligió Sathya fue el de  la coherencia, el  actuar de acuerdo con lo que se manifiesta que se hará. El título fue  <<¿Siguen tus actos a tus palabras?>>
El telón se abre en una escena que muestra una dama ante un grupo de mujeres a las que les está leyendo el Bhagavata y les está explicando el significado de las estrofas. Dice que es deber del ama de casa ser caritativa únicamente con los que lo merecen: los lisiados que no pueden ganarse el  pan con el trabajo   y no los vagos  que viven como parásitos. Un poco después las mujeres se dispersan y la dama se queda sola con su pequeño hijo, que ha mostrado desde el comienzo un enorme interés en lo que escuchaba. En este momento aparece un mendigo ciego que hace toda clase de esfuerzos para llamar la atención, pero es rechazado y ahuyentado. Luego aparece un mendigo gordo con una gran panza, una tambura ricamente adornada y un brillante recipiente de cobre lleno de granos.  La madre lo recibe respetuosamente, le ofrece arroz y monedas y luego se postra a sus pies, solicitando su bendición. El niño se muestra confundido y le pregunta a la madre porqué no actúa de acuerdo a lo que estaba aconsejando unos minutos antes. La madre lo hace callar con un contundente “¿Podemos actuar sierre como decimos?” Irritada por esta impertinencia del niño quien se atreve a cuestionar la ética de la conducta de los adultos, la madre arrastra al niño a la oficina del padre, un funcionario público de alto rango. El padre le da un largo sermón sobre el valor de la educación y de cómo la gente debe estudiar e ir avanzando de un grado a  otro, sin importarle las dificultades. De manera imprevista entra un escolar y solicita una rupia que le falta para pagar la inscripción en el colegio, ya que de otro modo será borrado de las listas y perderá sus estudios. El padre le dice que no tiene dinero y como prueba le muestra el monedero vacío. Unos minutos más tarde entran al despacho un grupo de jóvenes pertenecientes a la misma oficina  y le presentan una solicitud pidiendo su contribución para una comida de bienvenida en honor de un funcionario que se hará cargo del departamento en unos días más. El padre se muestra jubiloso ante esta idea y sugiere que todo debe hacerse  de manera muy distinguida para agradar al recién llegado. Luego se ofrece a redactar el discurso de bienvenida y abriendo uno de los cajones les entrega la considerable suma de veinte rupias. El niño mira toda la escena boquiabierto y luego le pregunta al padre  porqué ha ido contra sus propias palabras, y porqué le mintió al escolar. El padre se vuelve furioso contra su hijo y le grita: “¿Es que los actos han de seguir siempre a las palabras”?  Y molesto le grita a su hijo que se vaya a la escuela.

2. Ejercicio de autoindagación sobre la coherencia.
Por la coherencia entre lo que piensa, dice y hace, se considera  una  persona  honrada  y  honesta. Vamos    a    ir   describiendo   actitudes   por  las  cuales  no  se  considera una persona honesta y  por cuales sí.
- No es honesta la persona que manifiesta buscar el bien de los demás en sus acciones y, sin embargo, internamente sabe que lo que le lleva a obrar de una determinada manera, es satisfacer sus apetencias de sentirse importante.
- No es honesta consigo mismo cuando intenta disfrazar la verdad, ni es honesta con los demás, que confían en ella, en sus palabras.
-No es honesta la persona que dice defender unos principios solidarios, cuando en su fuero interno sabe que para ella sólo cuentan sus intereses personales, y sus acciones están encaminadas a conseguir sus propios fines.

-No es honesta la persona que hace una promesa, da una palabra y no la cumple.

-No es honesta la persona que no respeta la buena fe de sus iguales, abusa de su preponderancia sobre los que dependen de ella y adula a sus superiores.

-No  es  honesta la persona que quiere aparentar lo que no es, hace ver que es poseedor de unos valores determinados y sólo cultiva la "imagen", sin tomarse el trabajo de "ser" verdaderamente. Se  engaña a sí mismo, aunque no a los demás, que terminan por descubrir la frivolidad, la superficialidad, la mala fe si esta existe.

-Es honesta la persona que, conforme con sus ideas, con sus valores libremente elegidos, amorosamente acogidos, firmemente defendidos, se modela a sí mismo.

-Es honesta la persona que en su interior se debate sabiendo que la coherencia no es siempre perfecta, pero que puede acercarse lo más posible a ella sobre todo si pone todo su empeño en buscar su verdad.

-Es honesta la persona que toma sus decisiones, cuando siguiendo los dictados de su conciencia, aun en temas en los que nadie puede garantizarle seguridad, pero a los que da las soluciones que cree más justas.

-En resumen, es honesta la persona que en situaciones de vital importancia, no pierde de vista la esencia moral y dice y obra de forma autónoma, asumiendo en todo momento la responsabilidad de sus actos, sabiendo lo que es, sabiendo lo que quiere hacer y queriendo lo que hace.


3.- Práctica o vivencia de la coherencia

- Examina si tus actitudes y palabras no cambian radicalmente según el lugar y las personas con quien estés. Que en todo lugar se tenga la misma imagen y opinión de ti.

- Piensa en la coherencia que exiges de los demás y si tu actúas y correspondes, al menos, en la misma proporción.

- Se prudente para elegir amistades, lugares y eventos. Así no tendrás que esconderte, mentir y comportarte en forma contraria a tus principios.

- Evita hacer trampa o cumplir con tus obligaciones a medias. Aunque sea lo más fácil y nadie se percate de ello por el momento.

- Procura no ser necio. Considera que algunas veces puedes estar equivocado, escucha, reflexiona, infórmate y corrige si es necesario.

- Evita discusiones y enfrentamientos por cosas sin importancia. Si hay algo que defender o aclarar, no pierdas la cordura. Serenidad, cortesía y
comprensión.


4.- Frase o cita:   “”Sin coherencia no hay valores humanos

El Señor Buda ponía todo su énfasis en la pureza, para cada aspecto de la vida diaria. Pureza en la visión, pureza en el pensamiento, pureza en la palabra y pureza en la acción”.
5. Bhajan
SOLO QUIERO ESTAR  SWAMI  A TUS PIES,
MI GRAN SEÑOR (2)

MII VIDA ENTERA SAI  ES PARA TI (2)

SÓLO QUIERO ESTAR SWAMI A TUS PIES
OH BHAGAVAN (2)

TE OFREZCO MIS  ACTOS
TE ENTREGO MIS PALABRAS
MIS PENSAMIENTOS, SATHYA SAI BABA. (2)

MATERIALES PARA LA LECTURA Y REFLEXIÓN PERSONAL
Ética de los valores y coherencia existencial
La autocoherencia como valor
Con todo cabría plantear aún la cuestión de si es bueno o no el esfuerzo por mantenerse firme en una jerarquía de valores determinada. Hay quienes mantienen que la existencia humana se ennoblece y es digna de admiración fundamentalmente por su firmeza, por su coherencia. La coherencia existencial sería una suerte de metavalor, pues consistiría en aferrarse con uñas y dientes a una precisa jerarquía de valores, contemplando como traición imperdonable del sujeto consigo mismo admitir cualquier variación es dicha jerarquía.
Cabe observar al respecto que el término autotraición es semánticamente impropio, pues la traición implica dualidad: implica la existencia de otra persona con la cual se ha establecido un pacto o bien hacia la cual se tiene determinados deberes. Traicionar es siempre un verbo transitivo: se traiciona a alguien; y ello ocurre cuando el traidor no ha sido fiel a los compromisos naturales o adquiridos libremente que le obligaban respecto a otra persona. Hablar de autotraición es forzar el significado del término traición, lo cual sólo tiene cierta lógica si se desdobla al sujeto en dos: una parte de mi ser traiciona a otra. La parte traidora es mi libre determinación; ahora bien, ¿cuál puede ser la parte traicionada? Debería ser algo mío no inferior a mi libertad, algo que esté respecto a mi libertad en régimen de igualdad o de superioridad. ¿Qué puede ser eso?
Hay dos respuestas posibles. Si el discurso sobre la autotraición está determinado por un ideal de coherencia, entonces la parte traicionada es entendida como mis anteriores actos de libertad, mi yo historiable; por extensión, un acto aislado de libertad traicionaría la unidad uniforme de mi biografía íntima.
Ante esta interpretación cabe preguntarse si no distorsiona la naturaleza íntima de la libertad, pues para el hombre que vive en el mundo ésta significa precisamente un factor de indeterminación, de imprevisibilidad, de cambio radical en la orientación del ser. Por otra parte, atendiendo a la naturaleza profunda de la libertad que es el señorío y dominio del hombre sobre sí mismo a la hora de orientar su destino, la coherencia absoluta en los actos volitivos sólo sería razonable en un hombre que tuviera siempre un conocimiento nítido y perfecto de lo que es bueno para él; tal imagen de hombre es sencillamente una utopía; Leonardo Polo lo fundamenta en la naturaleza misma del espíritu humano: “nuestro espíritu es respectivo a la felicidad antes de saberlo. Esta no es una tesis gnoseológica, sino una tesis ontológica: la voluntad no sabe qué es la felicidad. (…) Nuestra órexis está determinada exclusivamente por la felicidad. Sin embargo, desde el punto de vista vital del ejercicio de sus actos, esa determinación puede no ser suficiente. (…) Conocemos que existen bienes, pero como la dimensión humana que se corresponde con el bien es la voluntad, ese conocimiento puede quedarse corto”.
La evolución y el cambio son características de la vida del ser humano, el cual no llega a ser conciencia absoluta del Absoluto, sino que vive como un ser constitutivamente histórico, como un ser que al hilo de lo que le acontece va vislumbrando retazos de qué es lo que vale la pena, como un ser que procede por tanteos, que avanza y retrocede, que acierta y se equivoca.
La autocoherencia como unidad de vida
Proponer una coherencia absoluta a los actos de libertad como metavalor de cualquier jerarquía de valores es por sí mismo un sinsentido, y llevaría a encarcelar la libertad con cadenas forjadas por ella misma. Entonces, ¿por qué resulta atractiva esta visión del hombre perfectamente coherente?
Esta cuestión introduce la segunda respuesta posible a la pregunta por el sentido del término auto traición. La dualidad que este término propone puede interpretarse también como el enfrentamiento posible entre fidelidad a los valores y atracción hacia objetos contrarios a dichos valores, enfrentamiento que tiene lugar en el seno de una voluntad voluble o débil. La deliberación que precede a todo auténtico acto de libertad del hombre en el mundo tiene una estructura dramática. Es decir, como acontece en el teatro tal deliberación parece tener lugar bajo el modo de un intercambio de diálogos contrastados que, en el seno de la conciencia, parecen provenir de instancias diversas y aun opuestas: parecen voces de personas distintas que discuten entre sí, a veces agriamente, como enemigos.
La experiencia de este diálogo dramático revela que uno de los ficticios personajes en litigio suele representar lo que podía denominarse nuestro yo más íntimo, aquel ligado por la fidelidad a valores lúcidamente percibidos y que son fuente de deberes, aquel yo que alguna vez ha oteado en lontananza verdades teóricas y prácticas profundas. Su contrincante es a menudo el yo empírico, fuertemente determinado en sus apreciaciones por las realidades sensibles del presente. El contraste o disputa entre ambos personajes ha sido denominado clásicamente tentación o bien conversión (metanovia). En efecto, el yo empírico no es siempre el villano del drama; en ocasiones, el contraste de ideas e ideales preconcebidos con al realidad palpable puede llevar la hombre a la conciencia de que tales ideas o ideales eran insuficientes y parciales —al conocimiento de que eran falsos—, abriendo su mente y su corazón hacia nuevos horizontes asentados en verdad.
Pero, si las cosas son así, la coherencia profunda de un sujeto humano puede tener tanto la forma de una continuidad con los valores anteriormente sostenidos por él como también la de una ruptura con los mismos. E inversamente, el hombre puede autotraicionarse tanto por inmovilismo como por mutación.
Formas de autocoherencia
Ello nos lleva a constatar que las actitudes de coherencia o de fidelidad en el terreno axiológico no pueden ser caracterizadas sólo formalísticamente. Para definir la coherencia razonablemente es preciso investigar en cada caso la naturaleza de aquello a lo que el sujeto se adhiere o de lo cual se despega, es preciso calibrar si realmente y en concreto vale la pena tal adhesión o tal despego. La coherencia del asesino puede ser estéticamente apreciable o interesante —por eso puede ser la línea argumental de novelas y películas del género negro y lo ha sido de hecho—, pero no por ello deja de ser realmente monstruosa —considerada en su universalidad humana y no sólo en una sola de sus dimensiones—. La coherencia de Van Gogh que, venciendo poderosas resistencias, se sumerge en ambientes obreros y campesinos, explora la interioridad humana y pinta de un modo novedoso, es la razón de su merecida fama. La incoherencia de un estafador que se arrepiente es magnífica, pero la incoherencia del médico que se emborracha antes de operar, es maléfica.
Otra manera de abordar la tesis afirmada en el párrafo anterior consiste en distinguir diversos tipos de hombres coherentes o diversos modos de ser coherente con una jerarquía de valores. En este sentido podían enumerarse las siguientes actitudes distintas entre sí: 1) la coherencia del loco, por ejemplo la del loco paranoico; 2) la coherencia del neurasténico anancástico, del hombre cuya rígida psicología le hace temer y evitar cualquier cambio en su vida; 3) la coherencia del egoísta; 4) la coherencia del hombre fiel; 5) la coherencia  del fanático.
Como ya advirtiera Chesterton, un lugar privilegiado para toparse con casos vivos de estricta coherencia lógica son los manicomios. Un paranoico, por ejemplo, que sufre de manía persecutoria, reinterpreta todos los datos que percibe, integrándolos con una lógica inexorable en su esquema de víctima propiciatoria. Es tal la coherencia de su mente que ni siquiera un gesto amable o una manifestación de cariño pueden apartarle de su obsesiva seguridad en el propio daño; es más, la amabilidad de los otros le resulta más temible que la dureza, pues aparece a sus ojos como maldad hipócritamente disfrazada, orientada por un secreto e inconfesado designio de ganar su confianza y hacerle bajar la guardia en su autodefensa. La coherencia del neurótico es inquebrantable, pero en ello radica su tragedia: esa coherencia le mantiene alejado de la realidad, trágicamente alienado.
El neurasténico mantiene una coherencia funcional: su modo de vida es extravagante, él es consciente de ello y a menudo le causa muchos sufrimientos no poder actuar normalmente y vivir como los demás. Sin embargo, se atiene a las normas de vida que se ha autoimpuesto, porque sólo el imaginar que se sale de ellas le causa auténtico pánico. Su coherencia tiene, pues, una raíz emotiva: un gran temor que no puede racionalizar, pero que no por ello es menos eficazmente agarrotante. Esta coherencia paraliza así la libertad y empequeñece la vida humana.
El egoísta es también sumamente coherente: su bienestar es siempre el último de fines, omnipresente en todas sus decisiones. Nada le atrae si no es un objeto que pueda satisfacerle y por esta razón no emprende acción alguna que no esté dirigida a su propio beneficio. La coherencia del egoísta se enraíza en una elección del bien para mi por encima del bien en general; dicha elección tiene un efecto perverso, porque el bien para mi que guía la conducta del egoísta debería ser denominado con más precisión lo que yo veo que es bueno para mi. Ahora bien, si el egoísta no es la conciencia absoluta, entonces es muy posible y probable que no vea todo lo que es bueno para él o incluso que se equivoque, viendo como bueno para él lo que en realidad lo perjudica. De este modo la coherencia del egoísta ha sido denominada a veces su torre de marfil: el egoísta es un prisionero que no sabe de su condición de preso. Esta coherencia aprisionante priva al egoísta de bienes que no sospecha. Paradójicamente, quien lo quiere todo para sí desconoce qué es el todo, es decir, está ciego para los bienes que más profundamente podrían enriquecerle.
Fidelidad y coherencia
El hombre fiel a una persona es coherente con una jerarquía de valores, pero no lo es sólo porque esté convencido de que vale la pena respetarlos, sino sobre todo porque ama a una persona a quien esos valores están de alguna forma ligados. Un hombre casado que es fiel a su esposa mantiene una conducta afectiva correcta con otras mujeres —lo que se denomina castidad conyugal— y lo hace principalmente porque ama a su esposa: esa es la razón más poderosa que guía sus acciones al respecto. Naturalmente es posible que él mismo haya adquirido un aprecio por el valor de la castidad; en este caso, aun cuando su mujer lo abandonara y se separase de él, poseería un motivo para continuar viviendo como lo hiciera anteriormente, aunque ahora su motivación no fuese la fidelidad conyugal. En este caso se habla de que tal persona es fiel a algún valor; aunque la palabra fidelidad está tomada aquí impropiamente —pues no hace referencia directa a otra persona como motivo de la insistencia en tal o cual valor— la expresión utilizada apunta a una realidad importante: el hombre por si mismo es capaz de reconocer bienes valiosos de los que se derivan para él obligaciones y deberes. Como se verá más adelante el reconocimiento y respeto de los mismos puede ser una vía para descubrir que dicho comportamiento es una forma imperfecta de vivir la fidelidad hacia Dios como persona, el cual es simultáneamente creador y medida de todo bien ulterior.
Un amigo fiel a su amigo habla sinceramente a su amigo y se confía a él porque éste es su amigo; quizás ante otras audiencias se explaye, sin embargo, de modo cínico, callándose lo que piensa o disfrazándolo bajo formas no comprometedoras. En definitiva, la coherencia del hombre fiel se fundamenta, pues, en alguna clase de amor: amor erótico o conyugal; amistad o afecto. La cohesión de esta coherencia depende de la fuerza y calidad del amor que la inspira.
Pero hay que observar que el valor antropológico de la coherencia por fidelidad depende de eticidad de los valores que la persona amada inspira. El hombre fiel también puede mentir por amor —porque la persona amada le insta a ello o porque él cree que la protege o que la favorece mintiendo— e incluso puede ser capaz de asesinar por amor. Naturalmente quien asesina por amor tiene un amor sumamente imperfecto y equivocado, pues realmente causa un gran mal a su amada haciendo de ella causa última o bien ocasión inductora de un crimen. Pero en cualquier caso, parece que tampoco la coherencia inquebrantable está justificada automáticamente por razones de fidelidad.
Por José Miguel Odero
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